jueves, 8 de noviembre de 2012

El orgullo del jugador.



Juegos dispares que molestan ,que duelen, no por lo que son, si no por el hecho de hacerlos..juegos absurdos que minan, que enturbian algo que no debería enturbiarse..tontería momentánea preceptiva del arrepentimiento..que pensándolo  nunca deberían  llegar..juegos innecesarios y juegos de fuego que queman ..que lastiman , aun así juegos. No dejarán ningún ganador..solo vencidos! Niños demostrando que lo que al principio son risas se convertirá en lloros..que las decisiones involuntarias dejan huella....juegos que no aportan que restan ,juegos basura, que sólo serán eso..basura. No seré  ese insensato jugador ,no seré yo quien deba dejar de jugar cuando la derrota evidente pese más que el espejismo de la victoria, no seré parte en el desastre, no seré yo.......¡mentiras!, ¡tan sólo mentiras!. El juego se repite y tu voráz ego retoma el mando y  no sólo como parte, si no también como juez, llegado ese punto , no queda camino de vuelta, ni siquiera un ligero rastro , sólo el pesar de saber que empezó como lo que aparentemente era , un redundante  juego  que consiguó resquebrajar un orbe en pedazos imposibles de volver a unir.

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